Según algunas estadísticas y la opinión de algunos las iglesias cristianas liberales o progresistas tienden a morirse. Esto, dicen, es algo que se demuestra con números: veremos algunos casos en Estados Unidos y en el Reino Unido.
Los episcopalianos (anglicanos liberales de EEUU) que sumaban 3,4 millones en 2001, eran ya apenas unos 2 millones en 2009, de los que sólo 705.000 de sus miembros van a la iglesia los domingos (pierden un 3 por ciento de práctica cada año según sus propias estadísticas).
Los episcopalianos (anglicanos liberales de EEUU) que sumaban 3,4 millones en 2001, eran ya apenas unos 2 millones en 2009, de los que sólo 705.000 de sus miembros van a la iglesia los domingos (pierden un 3 por ciento de práctica cada año según sus propias estadísticas).
Los luteranos liberales de Estados Unidos (la ELCA) permiten oficialmente el aborto desde 1991. El 50% de sus clérigos creen que el aborto debe ser legal en la mayor parte de los casos, un 14% piensa que debe ser legal siempre y sólo un 3% cree que debe ser ilegal. A sus parroquias iba el especialista en abortar seismesinos George Tiller, asesinado recientemente. En 1991 la ELCA tenía 5,2 millones de feligreses; en 2007 sólo les quedaban 4,7.
La iglesia más liberal de Estados Unidos es la unitarista (UCC, United Church of Christ), a la que asistía Barack Obama hasta mudarse a Washington. Según el informe «Clergy Voices 2008», el 79 por ciento de los clérigos unitaristas cree que el aborto debe ser legal siempre o casi siempre, el 83 por ciento está a favor de entregar niños en adopción a parejas homosexuales y el 74 por ciento de estos eclesiásticos se define como «políticamente liberal» (en EE UU se llama «liberal» a lo que en Europa llamamos «progresistas»). La UCC, nacida en 1957, cuenta en Dallas con una «catedral» dirigida especialmente a homosexuales con unos 3.500 fieles. En 2001, los unitaristas eran 1,3 millones de norteamericanos; en 2008 ya solo eran 736.000.
La iglesia más liberal de Estados Unidos es la unitarista (UCC, United Church of Christ), a la que asistía Barack Obama hasta mudarse a Washington. Según el informe «Clergy Voices 2008», el 79 por ciento de los clérigos unitaristas cree que el aborto debe ser legal siempre o casi siempre, el 83 por ciento está a favor de entregar niños en adopción a parejas homosexuales y el 74 por ciento de estos eclesiásticos se define como «políticamente liberal» (en EE UU se llama «liberal» a lo que en Europa llamamos «progresistas»). La UCC, nacida en 1957, cuenta en Dallas con una «catedral» dirigida especialmente a homosexuales con unos 3.500 fieles. En 2001, los unitaristas eran 1,3 millones de norteamericanos; en 2008 ya solo eran 736.000.
En el Reino Unido, de 50 millones de habitantes, apenas 13,4 millones se declaran anglicanos, y sólo 1 millón acude al servicio dominical. Si con la oferta de los ordinariatos anglocatólicos de Benedicto XVI se van unos mil sacerdotes anglicanos conservadores, como dice el obispo anglocatólico de Fulham, lo que queda es clero liberal y sacerdotisas.
Según el informe «Cost of Conscience» de 2002 que entrevistó a 2.000 clérigos anglicanos sólo una de cada tres sacerdotisas cree en la maternidad virginal de María, casi la mitad niega que Jesús resucitara, un 30% niega la Trinidad y una de cada cuatro no cree en «Dios Padre Todopoderoso» ni en «Dios Espíritu Santo». La Iglesia Nacional de Escocia, presbiteriana (es decir, con presbíteros, pero no obispos) que antiguamente era la mayoritaria y conservadora, hoy es liberal y ya apenas le quedan 450.000 fieles.
El arzobispo anglicano emérito de Ciudad del Cabo y Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, muy liberal en lo teológico, apoyaba hace desde Edimburgo la decisión de esta denominación de de confirmar a Scott Rennie, homosexual activo, como párroco. Rennie fue pastor presbiteriano, estuvo casado cinco años con una mujer, y tuvo una hija. Luego se divorció y se fue a vivir con un hombre en una relación declaradamente homosexual. Los feligreses de su parroquia votaron para aceptarle como pastor y lo ratificó la Asamblea de la Iglesia de Escocia, por 326 votos contra 267. Las cifras son claras. Pero ¿por qué sucede? ¿Por qué unitaristas, episcopalianos, presbiterianos o luteranos liberales desaparecen a marchas forzadas mientras el pentecostalismo crece y el catolicismo se mantiene? Dwight Longenecker, que fue evangélico, sacerdote anglicano, y hoy cura católico, uno de los mayores expertos en anglicanismo y protestantismo, ha elaborado una lista de 10 razones por las que el cristianismo "modernista" tiende a morir. Las tomamos de su blog, "Standing on my head".
1- Los modernistas niegan lo sobrenatural, y por lo tanto no son realmente religiosos. Para Longenecker, la religión tiene que ver con "un intercambio con el otro mundo. Trata de salvar almas, redimir pecados, cielo, condena infernal, la otra vida, ángeles, demonios y todo eso". Para los modernistas, lo importante es mejorar el mundo, luchar por la justicia, ser amable con todos. Pero si la primera generación de cristianos liberales aún sigue yendo a la iglesia, sus hijos ya lo hacen solo a veces, la tercera casi nunca, las siguiente nunca, porque se dan cuenta de que no hace falta ir a la iglesia para todas esas cosas y piensan que el ritual es innecesario.
2- El modernismo es individualista, no comunitario En una visión modernista, cada uno cree lo que quiere, desarrolla sus propias creencias. Si éstas son apasionadas (algo cada vez más escaso) tenderá a juntarse con otros pocos que crean como él. Los grupos, cada vez más pequeños, tienden a desaparecer. El individualismo tiende a erosionar a estas denominaciones.
3- El modernismo es subjetivista y sentimentalista El "cristiano modernista" tenderá a ver cualquier propuesta comunal como dogmática y exigente. Busca sólo experiencias emocionales o "espirituales" para sí mismo. A medida que sus adherentes asumen que quieren "espiritualidad, no religión", abandonan su denominación.
4- El modernismo es revisionista y corta con la tradición Al rechazar su pasado y sus raíces, al tener que reinventarse en cada moda, estas denominaciones carecen de una base firme, intentan nutrirse sólo de lo que flota por el aire. Esa dieta debilita a estas iglesias y no atrae a la gente.
5- Los modernistas no tienen hijos, los abortan o practican la contracepción Es pura demografía: simplemente las iglesias liberales tienen pocos hijos. Además, no les transmiten su denominación como algo "verdadero", sino "una opción más". Estos pocos hijos, o se pasan al paganismo y el indiferentismo, o se pasarán a una religión seria.
6- El modernismo no pide a sus adherentes ser religiosos "No tienes por qué venir a la iglesia, hazlo solo si te ayuda y te sientes bien", dicen los modernistas. Como resultado, la gente tiene siempre cosas más útiles que hacer que ir a la iglesia. El catolicismo pide acudir a misa al menos cada domingo, y faltar sin serio motivo es pecado mortal. Cuando el clero liberal no recuerda esta enseñanza, debilita a la Iglesia.
7- El modernista no entiende para qué hay que ser religioso Muchos modernistas creían en lo sobrenatural cuando empezaron a ir a la iglesia; luego dejaron de creer en ello, pero mantenían los ritos por inercia. Si se preguntan "para qué", verán que no hace falta, y dejarán de asistir. El clero liberal no lo hace porque es su forma de vida, viven de ello, aunque no crean en nada.
8- El modernismo permite la degeneración moral; esto le quita vida a cualquier religión Las religiones sobrenaturales piden a sus fieles pureza moral, autodisciplina y control. La religión verdadera requiere autodisciplina. Para el modernismo, todo trata de autorrealización. Fabrican hedonistas, y los hedonistas pronto entienden que incluso una religión aguada y blanda no merece la pena ningún esfuerzo.
9- Los modernistas no son en realidad muy divertidos Afirma Longenecker: "En mi experiencia, los modernistas son un grupo sin alegría, siempre en campañas serias, justificantes, con un toque de teoría conspirativa en medio. Eso no puede durar mucho."
10- Los modernistas son cortos y estultos "Tienen poca imaginación y son literales en todo. No disfrutan del aparente absurdo de la religión. Son terriblemente respetables. Siempre van con la muchedumbre, sobre todo si esa muchedumbre pretende ser radical o subversiva". "Esa actitud es el beso de la muerte para la religión real".
Por lo tanto, ¿qué le pasará al cristianismo modernista? Morirá o dejará de ser cristiano. Habrá formas no-cristianas que tomarán alguna terminología y costumbres del cristianismo, como una bestia fantástica horripilante, que continuará mutando a formas más y más monstruosas con un disfraz cristiano por encima. Para Longenecker, "esos horrores en el margen de la religión modernista ya están aquí y serán cada vez más comunes".