En l833 Europa estaba sufriendo el impacto de una revolución política e industrial. La Revolución Francesa y las guerras napoleónicas habían retado a toda institución, habían barrido los últimos vestigios del feudalismo, y se aspiraba a algo más consistente y estable.
La Iglesia Anglicana había servido desde su inicio a un pueblo básicamente agrario. Ahora, atada por leyes del Parlamento, no gozaba de la libertad deseada. Para el gobierno de sus negocios había que recurrir a los obispos de la Cámara de los Lores (House of Lords). El Parlamento, cada vez más secular y menos religioso, había realizado algunos cambios en la estructura, no esperados.
Un pequeño grupo de clérigos residentes en la universidad de Oxford se reunió para hacer frente a esta situación de estancamiento.
El primero en estimular el movimiento fue John Keble con un encendido sermón titulado "La apostasía nacional", predicado en la iglesia de santa María, en Oxford, el 14 de julio de l833. Es el caso que el Parlamento, en el proyecto de Reforma de 1832, había suprimido 10 de los 22 obispados existentes en Irlanda. En el sermón exigía respeto para la Iglesia y que esta fuera considerada, no como una institución nacional, sino como instrumento de la voluntad divina. Afirmaba que era un pecado el que los seglares se entrometieran en la autoridad pastoral de los obispos. Con este sermón se dio inicio al "Movimiento de Oxford", también conocido como "The Tractarian Movement". Tract significa folleto, panfleto.
Es decir, ese grupo de sacerdotes asociados a la universidad de Oxford inició una campaña revolucionaria escribiendo folletos o panfletos que llevarían a una renovación y avivamiento del espíritu eclesial católico.
Los temas tratados en esos folletos eran los siguientes: instruían sobre la importancia de la oración y la observación del Año Litúrgico Eclesiástico, el ayuno, historia de la Iglesia, la importancia del orden ministerial: obispos, sacerdote, diácono, la sucesión apostólica, los sacramentos, y especialmente la Eucaristía. Sobre todo insistían en el ministerio sacerdotal católico y apostólico.
Los clérigos más famosos de este movimiento fueron: John Keble (1792-1866), Richard Hurrell Froude (1803-1836), Edward Bouverie Pusey (1800-1882), John Henry Newman (1801-1890).
Lo que enseñaron en esos folletos pronto empezó a llevarse a la práctica. La santa Eucaristía se estableció como el acto central de adoración, y se enfatizó la presencia real, tal y como se había vivido en los primeros mil años. Se revisó la liturgia, y la Iglesia tuvo mayor decisión en la elección de los obispos. También se restauró el establecimiento de órdenes religiosas, suprimidas por Enrique VIII.
Edwar B. Pusey redescubrió la dimensión comunal de la Iglesia. Predicó que Dios quería salvar al hombre y a la mujer, no como individuos, sino como pueblo. Dicho sea de paso que éste fue un principio muy usado a partir de los años sesenta del siglo pasado. Pusey enfatizó muchísimo la importancia de la Eucaristía, y en general insistió en que la vida sacramental era la herencia más noble de la comunidad cristiana.
Este movimiento influyó profundamente en la Iglesia Anglicana establecida en América.
La Iglesia Anglicana había servido desde su inicio a un pueblo básicamente agrario. Ahora, atada por leyes del Parlamento, no gozaba de la libertad deseada. Para el gobierno de sus negocios había que recurrir a los obispos de la Cámara de los Lores (House of Lords). El Parlamento, cada vez más secular y menos religioso, había realizado algunos cambios en la estructura, no esperados.
Un pequeño grupo de clérigos residentes en la universidad de Oxford se reunió para hacer frente a esta situación de estancamiento.
El primero en estimular el movimiento fue John Keble con un encendido sermón titulado "La apostasía nacional", predicado en la iglesia de santa María, en Oxford, el 14 de julio de l833. Es el caso que el Parlamento, en el proyecto de Reforma de 1832, había suprimido 10 de los 22 obispados existentes en Irlanda. En el sermón exigía respeto para la Iglesia y que esta fuera considerada, no como una institución nacional, sino como instrumento de la voluntad divina. Afirmaba que era un pecado el que los seglares se entrometieran en la autoridad pastoral de los obispos. Con este sermón se dio inicio al "Movimiento de Oxford", también conocido como "The Tractarian Movement". Tract significa folleto, panfleto.
Es decir, ese grupo de sacerdotes asociados a la universidad de Oxford inició una campaña revolucionaria escribiendo folletos o panfletos que llevarían a una renovación y avivamiento del espíritu eclesial católico.
Los temas tratados en esos folletos eran los siguientes: instruían sobre la importancia de la oración y la observación del Año Litúrgico Eclesiástico, el ayuno, historia de la Iglesia, la importancia del orden ministerial: obispos, sacerdote, diácono, la sucesión apostólica, los sacramentos, y especialmente la Eucaristía. Sobre todo insistían en el ministerio sacerdotal católico y apostólico.
Los clérigos más famosos de este movimiento fueron: John Keble (1792-1866), Richard Hurrell Froude (1803-1836), Edward Bouverie Pusey (1800-1882), John Henry Newman (1801-1890).
Lo que enseñaron en esos folletos pronto empezó a llevarse a la práctica. La santa Eucaristía se estableció como el acto central de adoración, y se enfatizó la presencia real, tal y como se había vivido en los primeros mil años. Se revisó la liturgia, y la Iglesia tuvo mayor decisión en la elección de los obispos. También se restauró el establecimiento de órdenes religiosas, suprimidas por Enrique VIII.
Edwar B. Pusey redescubrió la dimensión comunal de la Iglesia. Predicó que Dios quería salvar al hombre y a la mujer, no como individuos, sino como pueblo. Dicho sea de paso que éste fue un principio muy usado a partir de los años sesenta del siglo pasado. Pusey enfatizó muchísimo la importancia de la Eucaristía, y en general insistió en que la vida sacramental era la herencia más noble de la comunidad cristiana.
Este movimiento influyó profundamente en la Iglesia Anglicana establecida en América.
Tan fuerte fue este movimiento hacia el lado católico que algunos sacerdotes y obispos decidieron pasarse a la Iglesia Católica Romana, entre ellos el famoso John Henry Newman.
Un clérigo por nombre John Murray Forbes, después de diez años en la Iglesia romana, regresó a la Episcopal en l859, habiendo descubierto que Roma exigía "el sacrificio de la libertad individual".