Camila O’Gorman, Hija de Adolfo O'Gorman y Périchon de Vandeuil, su madre fue Juaquina Ximénez y Pinto. Era nieta de Ana Perichon, la célebre "amiga" de Santiago de Liniers, reconquistador de Buenos Aires.
Camila nació en Buenos Aires en 1828. Tenía diecinueve años cuando conoció al párroco del Socorro, Ladislao Gutiérrez. La joven cantaba en las funciones religiosas y trataba al sacerdote en su casa.
Ladislao había llegado unos años antes desde Tucumán. Era, según recordaba Antonino Reyes, “un joven de pelo negro y ensortijado, cutis moreno y mirada viva, modales delicados y un conjunto simpático”.
Decían que era “juicioso y lleno de aptitudes” y venía a Buenos Aires para seguir la carrera eclesiástica. Ordenado sacerdote a los veinticuatro años, Ladislao Gutiérrez fue designado párroco en la iglesia del Socorro. Pronto reparó en la joven alta, de pelo castaño y expresivos ojos oscuros, de andar elegante y gracioso. No tuvo que esperar mucho para que se la presentaran: era hermana de Eduardo O’Gorman, compañero en la carrera sacerdotal.
Como casi todas las mujeres de esa época, Camila era bastante devota. Iba a misa con frecuencia y le gustaban mucho los sermones del nuevo párroco.
A veces él iba de visita a su casa. Poco a poco se hicieron amigos y empezaron a encontrarse en sus paseos por Palermo.
La afinidad espiritual se transformó en amor y la pareja decidió huir de Buenos Aires, Poco a poco fueron forjando el plan: llevarían algo de ropa, lo que pudieran juntar de plata y dos caballos. Irían hacia Luján, de allí pasarían a Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes.
El destino final, si todo andaba bien, sería Río de Janeiro. Al pasar a Santa fe fingirían haber perdido los pasaportes y pedirían otros con nombres falsos. El 12 de diciembre de 1847 fue el día elegido para la fuga.
Al llegar a Luján, en una enramada que les había proporcionado el mesero y bajo la noche refulgente de estrellas, los amantes tuvieron su momento de felicidad.
Ya en Paraná, en febrero de 1848, consiguieron un pasaporte a nombre de Máximo Brandier, comerciante, natural de Jujuy, y su esposa, Valentina Desan. Allí embarcaron con la complicidad del patrón del barco y llegaron a Goya, Corrientes, en tanto eran buscados por pedido del padre de Camila.
Al llegar a Goya con su nueva identidad pudieron tomarse un respiro y prepararse para la última etapa: Brasil.
Mientras tanto, para ganarse la vida abrieron una escuela para niños, la primera que existió en esa pequeña ciudad. Pudieron vivir cuatro meses en una relativa felicidad, olvidando la persecución de que eran objeto. El 16 de junio ocurrió el desastre cuando encontraron en una casa de familia a un sacerdote irlandés que conocía a Gutiérrez.
Pero su suerte estaba escrita. Las fuerzas del gobierno los encuentraron y apresaron. En un frío amanecer del 18 de agosto de 1848, Camila O’Gorman y Ladislao Gutierrez fueron fusilados. Los acribillados cuerpos de los amantes lograron finalmente perpetuar el abrazo por el cual se les quitó la vida.
En la actualidad los curas que dejan, especialmente por haberse enamorado de una mujer y optar por una familia, sin que ello implique necesariamente renunciar a la vocación religiosa, mucho menos a renegar del Don de la Fe y de su práctica concreta; es decir, los valores que Jesús nos propone ...también son fusilados junto con sus compañeras.
Porque hay muchas maneras de fusilamiento: especialmente cuando la institución eclesiástica segrega y niega los talentos que muchos de sus miembros que han abandonado el ministerio poseen de manera testimonial.
El dia 18 de agosto tendríamos que recordarlo y considerarlo como EL DIA DEL CELIBATO OPTATIVO.
Willy Schefer.
ALGUNOS HERMANOS SOLICITAN QUE EL DIA 18 DE AGOSTO SEA EL DÍA DEL CLERO CASADO.
Camila nació en Buenos Aires en 1828. Tenía diecinueve años cuando conoció al párroco del Socorro, Ladislao Gutiérrez. La joven cantaba en las funciones religiosas y trataba al sacerdote en su casa.
Ladislao había llegado unos años antes desde Tucumán. Era, según recordaba Antonino Reyes, “un joven de pelo negro y ensortijado, cutis moreno y mirada viva, modales delicados y un conjunto simpático”.
Decían que era “juicioso y lleno de aptitudes” y venía a Buenos Aires para seguir la carrera eclesiástica. Ordenado sacerdote a los veinticuatro años, Ladislao Gutiérrez fue designado párroco en la iglesia del Socorro. Pronto reparó en la joven alta, de pelo castaño y expresivos ojos oscuros, de andar elegante y gracioso. No tuvo que esperar mucho para que se la presentaran: era hermana de Eduardo O’Gorman, compañero en la carrera sacerdotal.
Como casi todas las mujeres de esa época, Camila era bastante devota. Iba a misa con frecuencia y le gustaban mucho los sermones del nuevo párroco.
A veces él iba de visita a su casa. Poco a poco se hicieron amigos y empezaron a encontrarse en sus paseos por Palermo.
La afinidad espiritual se transformó en amor y la pareja decidió huir de Buenos Aires, Poco a poco fueron forjando el plan: llevarían algo de ropa, lo que pudieran juntar de plata y dos caballos. Irían hacia Luján, de allí pasarían a Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes.
El destino final, si todo andaba bien, sería Río de Janeiro. Al pasar a Santa fe fingirían haber perdido los pasaportes y pedirían otros con nombres falsos. El 12 de diciembre de 1847 fue el día elegido para la fuga.
Al llegar a Luján, en una enramada que les había proporcionado el mesero y bajo la noche refulgente de estrellas, los amantes tuvieron su momento de felicidad.
Ya en Paraná, en febrero de 1848, consiguieron un pasaporte a nombre de Máximo Brandier, comerciante, natural de Jujuy, y su esposa, Valentina Desan. Allí embarcaron con la complicidad del patrón del barco y llegaron a Goya, Corrientes, en tanto eran buscados por pedido del padre de Camila.
Al llegar a Goya con su nueva identidad pudieron tomarse un respiro y prepararse para la última etapa: Brasil.
Mientras tanto, para ganarse la vida abrieron una escuela para niños, la primera que existió en esa pequeña ciudad. Pudieron vivir cuatro meses en una relativa felicidad, olvidando la persecución de que eran objeto. El 16 de junio ocurrió el desastre cuando encontraron en una casa de familia a un sacerdote irlandés que conocía a Gutiérrez.
Pero su suerte estaba escrita. Las fuerzas del gobierno los encuentraron y apresaron. En un frío amanecer del 18 de agosto de 1848, Camila O’Gorman y Ladislao Gutierrez fueron fusilados. Los acribillados cuerpos de los amantes lograron finalmente perpetuar el abrazo por el cual se les quitó la vida.
En la actualidad los curas que dejan, especialmente por haberse enamorado de una mujer y optar por una familia, sin que ello implique necesariamente renunciar a la vocación religiosa, mucho menos a renegar del Don de la Fe y de su práctica concreta; es decir, los valores que Jesús nos propone ...también son fusilados junto con sus compañeras.
Porque hay muchas maneras de fusilamiento: especialmente cuando la institución eclesiástica segrega y niega los talentos que muchos de sus miembros que han abandonado el ministerio poseen de manera testimonial.
El dia 18 de agosto tendríamos que recordarlo y considerarlo como EL DIA DEL CELIBATO OPTATIVO.
Willy Schefer.
ALGUNOS HERMANOS SOLICITAN QUE EL DIA 18 DE AGOSTO SEA EL DÍA DEL CLERO CASADO.