El arzobispo de Canterbury y jefe de los anglicanos, Rowan Williams, no obtuvo la aprobación para su propuesta de autorizar la consagración de mujeres obispos en Inglaterra, a pesar de las concesiones de último minuto destinadas a evitar una nueva crisis.
La proposición de compromiso revelada por Rowan Williams y su número dos en el seno de la Iglesia anglicana de Inglaterra, el arzobispo John Sentamu, poco antes de la apertura el sábado de un sínodo general de nueve días, no convenció a los refractarios.
El sábado por la noche, recibieron el acuerdo de dos de los tres grupos que constituyen el sínodo general, que cuenta con 467 miembros en total. Así, la casa de los obispos y la casa de los laicos votaron a favor, mientras que la casa del clero la rechazó. En consecuencia, la reforma fue rechazada.
Los arzobispos habían propuesto un dispositivo que permitiese compartir los papeles y las responsabilidades entre un obispo mujer y un obispo hombre, para superar las reticencias.
Desde 2003, la Iglesia episcopal escocesa autoriza que las mujeres puedan ser obispos, pero hasta ahora ninguna ha accedido a esta función.
La Iglesia del País de Gales se pronunció contra tal proyecto en abril de 2008.
Después del voto desfavorable en Inglaterra, el arzobispo de Canterbury insistió en que no se trataba de un cuestionamiento de su papel en tanto que es jefe de la Iglesia anglicana.