Queridos jóvenes:
Gracias por su amor y fe manifestado a los mayores a quienes servís con corazón humilde y lleno de alegría cristiana. Este acto de fe y caridad deja ver la manifestación gloriosa de una juventud que lucha por ser mejor cada día y que toma el ejemplo de los santos de toda la historia de la iglesia de Cristo sobre la tierra.En ocasión de inaugurar oficialmente el Año Vocacional encomendado a la advocación de nuestro Santo Patrono San Marcos Evangelista, les animo a que disfruten de la vida en Cristo.
La vida cristiana no es más que gozo en el servicio. No es más que amor a Cristo en el prójimo. No es más que dar la vida en sacrificio agradable a Dios. Dar la vida es dar nuestro tiempo y esfuerzo. Es consagrar nuestra sonrisa y nuestra amistad, nuestro amor y nuestro encuentro. La entrega a Dios de todo aquello que tenemos es lo más grande que podemos hacer con nuestra vida.
Juntos oramos por este Año vocacional:
Jesucristo, salvador del mundo, que a orillas del mar de Galilea, llamaste a los apóstoles para constituirlos fundamento de tu Iglesia y portadores de tu evangelio, te pedimos que hoy sigas fijando tu mirada en niños y jóvenes de nuestras familias, de nuestras parroquias, comunidades y movimientos, invitándolos a seguirte en la vida sacerdotal o religiosa.
Juntos oramos por este Año vocacional:
Jesucristo, salvador del mundo, que a orillas del mar de Galilea, llamaste a los apóstoles para constituirlos fundamento de tu Iglesia y portadores de tu evangelio, te pedimos que hoy sigas fijando tu mirada en niños y jóvenes de nuestras familias, de nuestras parroquias, comunidades y movimientos, invitándolos a seguirte en la vida sacerdotal o religiosa.