lunes, 26 de julio de 2010

La Oración del Señor.




Hermanos en Cristo:

¡Paz en Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!

La lectura de este domingo se centra en una petición que los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo: Enséñanos a orar como Juan le enseño a sus discípulos…

Y nuestro Señor Jesucristo es cuando pronuncia por Primera vez el “Padre Nuestro”, cuyo nombre más correcto debería ser LA ORACIÓN DEL SEÑOR. La oración es ante todo un dialogo que nace del alma y se dirige a nuestro Padre Celestial, el cual nos ama hasta el extremo.

LA ORACIÓN DEL SEÑOR es el modelo de toda oración, ya que en ella:

-Cristo nos enseña que TODOS tenemos a un único Padre. Por lo tanto todos somos hermanos.

-Nos enseña que Dios es Padre. No juez o verdugo, como a veces algunos quieren enseñarlo.

-Nos recuerda que desde el día de nuestro Santo Bautismo estamos llamados a vivir como hijos e hijas de Dios… y no solo a decirnos hijos..

-Cuando hablamos que “esta en los Cielos”, recordamos que los Cielos son su trono, y que estamos llamados a gozar del Reino de los cielos. Y por tal motivo debemos elevar nuestros ojos de las cosas de la tierra y pensar en las realidades espirituales.

-“Santificado sea tu Nombre”. ¿Cuál es ese Nombre? El que Cristo enseño antes de ascender a los Cielos: Bautícenlos EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO…Mt 28,19

-Venga a nosotros tu Reino. Si pedimos su Reino, es porque el es el Rey… y eso implica que debemos OBEDECER sus leyes. ¿Cuándo pedimos que venga su reino también queremos que el gobierne nuestras Vidas?

-Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. En el Cielo la obediencia a Dios es total…¿estamos dispuestos a obedecerlo al 100%?

-Danos hoy nuestro pan de cada día. Aunque la mayoría piensa en el comer diario y en el dinero, en esta suplica también estamos pidiéndole que nos dé “el pan vivo que ha bajado del Cielo: El Cuerpo y la Sangre de Cristo.” Jn 6,54-58
-Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Uno pone la medida. ¿Quieres saber cuánto se te va a perdonar? Dime, ¿Cuántos has perdonado a tu prójimo?

-No nos dejes caer en tentación. Estamos rodeados por la tentación, y sabemos que nosotros solos no podremos salir victoriosos, pero con la ayuda de Cristo, no habrá ningún poder que nos separe de Cristo: Rom 8

-Y líbranos del mal. El texto original griego nos habla de liberarnos del maligno. Estos debemos pedirlo noche y día, ya que el demonio “anda como león rugiente buscando a quien devorar.” 1 Pe 5

-Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la gloria por siempre Señor. El fin de toda oración debería ser la adoración y glorificación de nuestra parte para nuestro Dios.

Estos es solamente una muy breve síntesis del Padre nuestro, del cual se pueden hablar y escribir miles o millones de hojas. Pero yo los quiero invitar a que la digamos con Fe y la empecemos a experimentar. Que digamos el Padre nuestro, pero no con la boca, que lo digamos con nuestra vida.

Dios los bendiga.

¡¡¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!!!

Revdmo. ++Victor Hugo García Cortés
Arzobispo de la Provincia de Santo Tomas Becket
Iglesia Anglicana Sínodo Unido.