La asamblea nacional de los obispos decidió que, pese a la oposición, minoritaria, de sectores conservadores, la legislación debe seguir su curso, por lo que será sometida a la aprobación de los sínodos diocesanos antes de volver al Sínodo general en 2012 para su ratificación definitiva.
Posteriormente, si, como se espera, supera estas votaciones, se trasladará al Parlamento británico para su aprobación por los diputados y la eventual sanción de la reina Isabel II, jefa de la Iglesia Anglicana.
Éste es uno de los proyectos de ley más relevantes para la Iglesia de Inglaterra, que desde 1919 tiene potestad para legislar sobre sus asuntos internos, si bien los textos deben ser aprobados por la Cámara de los Comunes, que sin embargo no puede enmendarlos.
La luz verde a la ordenación de obispas, con concesiones mínimas a los críticos, se produce después de que el pasado sábado el Sínodo rechazara una moción de compromiso que proponía instaurar un sistema paralelo para satisfacer a los religiosos que no quisieran operar bajo la jurisdicción de féminas.
Esta moción, que pretendía evitar un eventual cisma dentro del anglicanismo, fue propuesta por el primado anglicano y arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, junto con el arzobispo de York, John Sentamu, ambos favorables a la promoción de las mujeres.
Esta iniciativa, definida por la cúpula como "una Iglesia dentro de la Iglesia", había sido criticada desde los sectores progresistas porque crearía una jurisdicción paralela y menoscabaría la autoridad de las futuras obispas.
Tras fallar esa moción, el Sínodo decidió hoy seguir adelante con la legislación no enmendada, que dará a las futuras obispas el poder de elegir qué obispos vienen a sus diócesis y decidir qué funciones desempeñan.
Según el texto, sólo tendrán que guiarse por un código de conducta en su trato con los obispos del sector tradicionalista.
La ordenación de las mujeres, a la que se oponen los clérigos más reaccionarios con el argumento de que Jesucristo sólo tenía apóstoles masculinos, es un tema de debate en la Iglesia de Inglaterra desde hace 30 años, y se ha acentuado en los últimos cinco o seis.
El impulso de hoy a la legislación al respecto supone, según los expertos, que la marea está cambiando en favor de la igualdad, en un movimiento que será difícil detener, ya que, en la práctica, cuenta con el apoyo de una mayoría del Sínodo.
Sin embargo, nadie ignora que, al querer modernizarse, la Iglesia Anglicana se enfrenta a una posible deserción masiva de los sectores más conservadores hacia el catolicismo, una vez se empiecen a consagrar las mujeres obispas, en 2014.
Los obispos agraviados, muchos de ellos anglo-católicos (de la línea de anglicanos próximos al catolicismo), podrían acogerse al Ordinariato anglicano auspiciado por el Papa Benedicto XVI para facilitar la conversión de anglicanos.