Obispas para todos sin excepción. Así lo decidió el Sínodo Anglicano por 216 votos contra 191 (con 9 abstenciones).
Ninguna parroquia, ningún fiel en la Iglesia de Inglaterra podrá negarse a ser confirmado por una mujer ni rechazar a un sacerdote porque haya sido ordenado por una mujer.
Los obispos que atendían hasta ahora las parroquias que no aceptaban mujeres sacerdote (el de Ebbsfleet, con 120 parroquias a su cargo, y el de Richborough, con otras 90 parroquias) podrían liderar un éxodo de anglicanos conservadores que acepten la propuesta de Benedicto XVI de ingresar en el catolicismo en grupos, manteniendo sus tradiciones y liturgia, organizados en «ordinariatos», una fórmula similar a la de los arzobispados castrenses.
Otros anglicanos puede que opten por las iglesias orientales. Y es posible que las de tradición evangélica opten por crear su propia iglesia, como ya sucedió en América del Norte, en que 700 parroquias, acosadas por obispas progresistas, crearon en julio de 2009 una nueva Iglesia Anglicana de América del Norte.
Damian Thompson, especialista católico del diario «The Telegraph» escribe: «los que exploren la opción romana no deberían apresurarse. Está mal decir que alguien expulsado del anglicanismo no puede ser un buen católico: muchas grandes conversos estuvieron en la Iglesia anglicana tanto como su concencia se lo permitió, pero una vez católicos, reconocieron que ya no eran anglicanos». En Octubre de 2009, el conservador obispo anglicano de Fulham, John Broadhurst, líder del movimiento «Forward in Faith», calculaba que hasta mil presbíteros ingleses podrían dejar la Iglesia de Inglaterra.
Cuando en 2014 empiecen a ordenarse obispas, puede llegar también el goteo de fieles. Según el informe «Cost of Conscience» de 2002 que entrevistó a 2.000 clérigos anglicanos sólo una de cada tres sacerdotisas cree en la maternidad virginal de María, casi la mitad niega que Jesús resucitara, un 30% niega la Trinidad y una de cada cuatro no cree en «Dios Padre Todopoderoso» ni en «Dios Espíritu Santo».