El padre Gabriele Amorth (q.e.p.d.), quien fuera el exorcista de la diócesis de Roma y por tanto, en la práctica, el máximo responsable de la lucha contra los demonios en la Ciudad del Vaticano, declaró en una ocasión en entrevista a una revista italiana que los sacerdotes pederastas podrían sufrir en el infierno peores penas que «otros condenados».