Propiamente el único martirio documentado en las Sagradas Escrituras fue el del Apóstol Santiago el Mayor (descrito en uno de nuestros de Agosto). Se conoce por tradición oral que los apóstoles sufrieron todos el martirio, siendo San Juan el único que sobrevivió al suyo, consistente en ser hervido en aceite, al ver que milagrosamente quedaba intacto, el emperador Domiciano le conmuta la pena por el destierro.
Santiago el Menor fue lanzado desde lo alto del templo de Jerusalén pero al quedar vivo un soldado le aplasto la cabeza con un mazo.
Bartolomé fue desollado vivo en Albania, ciudad de Armenia. Este hecho ha sido fuente de inspiración de muchos artistas.
Andrés fue crucificado en una cruz que ahora lleva su nombre, y que tiene la forma de una X, su martirio duro 2 días.
Felipe muere apedreado en la ciudad de Frigia en Asia menor.
Simón, muere cortado por la mitad con una sierra.
Tadeo, (llamado San Judas Tadeo), muere a garrotazos en Persia, por eso se le representa con un mazo o bastón en la mano izquierda.
Pedro, natural de Betsaida, antes de su conversión trabajó como pescador en Cafarnaúm. Fue martirizado en la ciudad de Roma durante el reinado del emperador Nerón; muere crucificado de cabeza alrededor del año 67.
Mateo (llamado Leví, el recaudador de impuestos) muere de una estocada o golpe de espada por la espalda.
Tomas, se cree que murió atravesado de abajo a arriba por unas lanzas.
Se eligió a Matías para sustituir a Judas Iscariote. De San Matías se conoce poco, solo se sabe que murió también crucificado.
Aunque san Pablo no fue discípulo personal de Jesús, fue llamado el Apóstol de los gentiles. El fue convertido por Cristo luego de una visión que tuvo durante su camino a Damasco, a que él era un perseguidor de cristianos y pasó a ser el principal propagador de la formación de la doctrina cristiana. Pablo, por ser ciudadano romano tuvo el “privilegio” de sufrir la pena capital por decapitación, no crucificado, siendo esta pena considerada menos dolorosa y más efectiva. San Pablo murió alrededor del año 67, en el mismo año en que murió San Pedro.